Queridos
lectores,
Hoy
tengo el gusto de dedicarle este espacio al escritor, filósofo y
pintor Alejandro Cano Rubio, un hombre con una excelente y amplia
carrera profesional. Nos adentramos en su página web para conocerlo
un poco más http://obragrafica.wix.com/desandescom
BIOGRAFÍA
DEL AUTOR:
Nace
en Cáceres.
En
1953 Jesús Tomé, gran poeta y su profesor de Humanidades, le
adentra e identifica con el lenguaje de los sentimientos y el
contenido de lo intelectual.
Cuatro
años más tarde se licencia en Filosofía y comienza a publicar en
prestigiosas revistas de poesía de España, Argentina y Puerto Rico.
Autor galardonado, algunos de sus poemas se recogen ya en varias
Antologías de la época.
Es
en 1959 cuando comienza a dirigir la revista de poesía “Arquero”
(Barcelona).
En
1965 funda los premios de poesía “Carabela” y crea los
fascículos de poesía “Verde Hierba”. Amigo de artistas,
escritores, poetas y pintores de la Barcelona de ese momento, y
embriagado de los mismos, terminan siendo referentes en su
trayectoria.
Posteriormente,
se dedica de forma profesional al mundo de la editorial. Responsable
de algunas colecciones populares, asume la dirección de dos
editoriales. Finalmente, funda y crea su propia Librería, por la que
han pasado conocidos nombres del mundo artístico e intelectual.
Síguelo
en twitter: @desandescom
Pagina
web oficial: http://deunarchivosecreto.jimdo.com/
“De
un archivo secreto”
ISBN:978-1481848633
Páginas: 308
Encuadernación:
tapa blanda
Precio:
8,55€
Precio
ebook: 1.02€
Disponible
en: Amazon
EDICIÓN
EN PAPEL - CASTELLANO:
http://www.amazon.es/archivo-secreto-Alejandro-Cano-Rubio/dp/1481848631/ref=sr_1_cc_1?s=aps&ie=UTF8&qid=1357204395&sr=1-1-catcorr
EDICIÓN
KINDLE - CASTELLANO:
EDICIÓ
KINDLE - CATALÀ
SINOPSIS
La
novela transita en torno a la compra de un órgano de iglesia del
siglo XIX. Los personajes voltean unos en torno a otros y desconfían
entre sí. Las dudas emergen y se ocultan continuamente porque nadie
aflora su verdad. El nudo se hace y se deshace por momentos. Lo que
parece sí, es que no. Todos los personajes entran y salen de la
escena sin saber apenas nada y no llegan a desentrañar o saber no
solo por qué se compra el órgano de iglesia del siglo XIX sino a
quién y, sobre todo, cómo y de dónde vino.
Adrián, el protagonista, nunca deja ver su verdad o así lo parece. Cuenta minuciosamente el peregrinaje de su vida y familia en la Barcelona de los años 58-59 y siguientes. El cuadro que se pinta de la ciudad condal de aquellos días es casi perfecto. Se respira y se masca el sentir de sus gentes y el ambiente de sus calles y mercados. Es en la cima de sus éxitos como anticuario cuando los hechos migran por terrenos difíciles y los acontecimientos se desbordan.
Aparece, a su requerimiento, uno de los personajes que brilla por sí propio en la novela: el detective don Matías Alvarado. ¿Será solo él, o los agentes de policía, o algún otro, el que abra la puerta y dé con la prueba inculpatoria? El mismo lector, a estas alturas, ya ha emitido un diagnóstico y sopesa por dónde van los tiros. Pero las incertidumbres son tantas que el lector termina por dudarlo. Todos sospechan de todos, pero nadie se atreve a señalar con el dedo a nadie. La inexplicable compra del órgano de iglesia, primero, y las misteriosas muertes de don Pedro Hervás y don Manuel de la Sierra, después, dan a la narración una intensidad tal que desorienta no solo al detective y a los agentes de la investigación sino al mismísimo lector que ha estado poniendo cerco a unos hechos que creyó haber adivinado ya y que estos, en cambio, le dieron el esquinazo.
Nadie termina por redondear el caso. Como pasa en la mayor parte de las cosas, solo se dará con la llave del misterio de sopetón, un hallazgo fortuito que, como tantas cosas, llega de improviso y por pura casualidad.
Adrián, el protagonista, nunca deja ver su verdad o así lo parece. Cuenta minuciosamente el peregrinaje de su vida y familia en la Barcelona de los años 58-59 y siguientes. El cuadro que se pinta de la ciudad condal de aquellos días es casi perfecto. Se respira y se masca el sentir de sus gentes y el ambiente de sus calles y mercados. Es en la cima de sus éxitos como anticuario cuando los hechos migran por terrenos difíciles y los acontecimientos se desbordan.
Aparece, a su requerimiento, uno de los personajes que brilla por sí propio en la novela: el detective don Matías Alvarado. ¿Será solo él, o los agentes de policía, o algún otro, el que abra la puerta y dé con la prueba inculpatoria? El mismo lector, a estas alturas, ya ha emitido un diagnóstico y sopesa por dónde van los tiros. Pero las incertidumbres son tantas que el lector termina por dudarlo. Todos sospechan de todos, pero nadie se atreve a señalar con el dedo a nadie. La inexplicable compra del órgano de iglesia, primero, y las misteriosas muertes de don Pedro Hervás y don Manuel de la Sierra, después, dan a la narración una intensidad tal que desorienta no solo al detective y a los agentes de la investigación sino al mismísimo lector que ha estado poniendo cerco a unos hechos que creyó haber adivinado ya y que estos, en cambio, le dieron el esquinazo.
Nadie termina por redondear el caso. Como pasa en la mayor parte de las cosas, solo se dará con la llave del misterio de sopetón, un hallazgo fortuito que, como tantas cosas, llega de improviso y por pura casualidad.
Hoy
os he presentado a Alejandro Cano Rubio, un maravilloso
artista polifacético, cuya obra “ “De un archivo secreto”
me ha encantado añadir a nuestra estantería. ¡Todo un placer!
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